A finales del siglo XIX, un francés llega a Peñaflor, un villorrio andaluz próximo a Sevilla. Nadie conoce su origen, pero es un hombre inteligente, trabajador y ambicioso. Pronto se establece como prestamista y se casa con Elvira Orozco, la hermosa hija del hombre más rico del pueblo. Construye una casa con jardín y huerto y la convierte en un prostíbulo. Señoritos, toreros y otra clase de gente frecuentan el "huerto del Francés"., pero algunos de ellos jamás regresaron.